Con tan solo 8 años, Madhi Bnamrhar ha entrado en la historia al ofrecer a Marruecos su primer título mundial en patinete freestyle. Nacido en Reims, este prodigio de los skateparks ha elegido representar al reino, impulsado por un amor sincero hacia su país de origen. Repasamos el fulgurante recorrido de un campeón precoz, entre pasión, audacia y un profundo apego a sus raíces. El 6 de octubre de 2024, el himno nacional de Marruecos resonó con fuerza en suelo británico gracias a Madhi Bnamrhar. Con tan solo ocho años, este joven franco-marroquí se alzó con la victoria en los Youth Elite Scooter Championships celebrados en Corby, convirtiéndose en el primer marroquí en conquistar un título en esta disciplina aún poco conocida por el gran público. Este logro ha sido celebrado no solo por su familia, sino por toda la comunidad marroquí en Francia, Marruecos y más allá. Detrás de este triunfo se esconden años de dedicación y numerosas horas en las rampas de los skateparks. «No lo esperábamos, ni él ni nosotros», admite su padre, Nordine. «Pero su actuación fue impecable. En 45 segundos, encadenó sus mejores trucos con una fluidez y precisión que dejó al jurado sin palabras». Una elección de corazón: representar a Marruecos Nacido en Reims, hijo de un padre franco-marroquí y una madre francesa, Madhi tuvo la oportunidad de elegir entre sus dos países para su nacionalidad deportiva. Cuando llegó el momento de decidir, su respuesta fue clara: representaría a Marruecos. «Para mí, era lo natural», afirma Madhi con sencillez. Para su padre, esta decisión trasciende la competición: «Es una elección de corazón para él, y de sangre para nosotros». Para Madhi, Marruecos es «su país de origen, un lugar donde siempre hace buen tiempo, donde se puede patinar bien y donde se disfrutan deliciosos tajines». Una respuesta que refleja tanto la inocencia de un niño como un profundo apego, cultivado a través de frecuentes visitas al país desde su infancia. Su padre, nacido en Francia, no conoció Marruecos hasta los 17 años. Para evitar que sus hijos pasaran por lo mismo, Nordine se aseguró de que mantuvieran un fuerte vínculo con su cultura de origen. «Desde que nacieron, los llevamos a Marruecos todos los años. No son solo vacaciones, es un arraigo». Un destino forjado en las rampas La relación de Madhi con el scooter comenzó casi por casualidad. A los cuatro años, visitó un skatepark por primera vez. Al principio solo observaba, pero pronto quedó fascinado por los riders y sus acrobacias aéreas. Pidió a sus padres un scooter, y sin imaginar lo que vendría, accedieron. «Se apasionó por este deporte. Quería ir todos los días, incluso bajo la lluvia», recuerda su padre. Pronto, su talento natural se hizo evidente. Los riders más experimentados lo notaron y lo alentaron. «Imitaba a los mayores y aprendía a una velocidad impresionante», comenta Nordine. Lo que comenzó como un pasatiempo se convirtió en un estilo de vida. Madhi sueña con el scooter por la noche, perfecciona sus trucos durante el día y se levanta tras cada caída. Y caídas ha habido: dos fracturas de clavícula, una de los metacarpos... Pero el miedo no forma parte de su vocabulario. El auge de los deportes urbanos en Marruecos La victoria de Madhi también destaca el trabajo de la Federación Real Marroquí de Deportes Urbanos, que busca estructurar y promover estas disciplinas entre los jóvenes. En Marruecos, el scooter freestyle está en sus inicios, pero no faltan talentos. Cuando visita el país, Madhi siempre se toma el tiempo de compartir sus conocimientos con otros apasionados, contribuyendo así a popularizar su deporte. «Se siente un verdadero entusiasmo, pero las infraestructuras siguen siendo limitadas», señala Nordine. «Sin embargo, tenemos jóvenes extremadamente talentosos, y con el apoyo adecuado, podrían brillar en la escena internacional». La coronación de Madhi podría acelerar esta dinámica y despertar nuevas vocaciones. Un futuro por escribir Este título mundial es solo un paso más en el camino de Madhi. Con su sonrisa traviesa y su energía desbordante, mantiene los pies en la tierra. «Lo hago para divertirme», repite. Pero detrás de esta despreocupación se esconde una determinación inquebrantable. Se prepara con dedicación para el campeonato de Francia, donde se enfrentará a riders mucho mayores que él, en la categoría de menores de 15 años. En octubre, defenderá su título frente a las estrellas mundiales del scooter freestyle. Mientras tanto, un nuevo capítulo se abrirá para él y su familia, ya que en septiembre próximo se trasladarán a Rabat. Un regreso a sus raíces que podría marcar el comienzo de una nueva aventura, esta vez en las rampas marroquíes.