El pasado jueves, las autoridades españolas deportaron a un ciudadano marroquí a su país de origen tras cumplir una condena en el centro penitenciario de Zuera, en Zaragoza. El individuo había sido sentenciado a cuatro años y diez meses de prisión por robo con violencia, intento de robo y agresión física, y finalmente fue repatriado a Marruecos. La deportación se ampara en el artículo 89 del Código Penal español, que permite sustituir las penas de prisión por la expulsión del territorio. Ahora, el individuo tiene prohibido residir en España durante siete años, según informan medios españoles. Los incidentes se remontan a 2024. Residiendo ilegalmente en España, el acusado intentó robar el bolso de un transeúnte, causándole una herida en el ojo. Días después, arrancó una cadena de oro del cuello de una mujer de 77 años, y ese mismo día, atacó a una tercera víctima para robarle el bolso violentamente. La investigación reveló que ya había sido arrestado en dos ocasiones en Zaragoza por robos similares, caracterizados por el uso de la violencia. La deportación se llevó a cabo mediante un vuelo especial bajo la supervisión de la Dirección General de Inmigración y Fronteras, dependiente de la Policía Nacional. Esta operación forma parte de una campaña dirigida a migrantes en situación irregular y con condenas penales definitivas en España.