La posible designación del Frente Polisario como organización terrorista por parte de Estados Unidos podría tener profundas repercusiones para Sudáfrica, especialmente para los grupos que defienden y recaudan fondos a favor del movimiento separatista. Este tema ha sido analizado por el Mail & Guardian de Sudáfrica en un artículo de Michael Walsh, experto en política exterior estadounidense. En su artículo, publicado el jueves, Walsh entrevista a Zineb Riboua, investigadora marroquí del Center for Peace and Security in the Middle East del Hudson Institute. Riboua advierte que las ONG sudafricanas y los grupos de recaudación de fondos que apoyan al Polisario se verán en una encrucijada si no rompen sus vínculos con el movimiento, una vez que este sea designado como organización terrorista. Riboua señala que, aunque «algunos actores —en particular las ONG tradicionales— probablemente se retiren para evitar problemas legales», otros, «motivados por la ideología o la solidaridad religiosa», podrían «continuar su apoyo de manera clandestina». La investigadora predice que si el gobierno sudafricano no respalda la aplicación de esta futura designación «internamente», el grupo de «actores marginales» podría persistir, pero enfrentaría un creciente aislamiento, mayor vigilancia y riesgos financieros significativos. Otra posible consecuencia es el impacto en la economía sudafricana. Según Riboua, tal designación podría atraer un mayor escrutinio internacional sobre el sistema bancario del país. Ella afirma que «algunas personas u ONG en Sudáfrica podrían haber participado en recaudaciones de fondos o en defensa» del Frente Polisario, lo que convertiría esta vigilancia internacional en un problema indeseable para los bancos sudafricanos. Riboua argumenta que esto podría llevar a que las transacciones financieras sean «señaladas más a menudo por los sistemas de cumplimiento globales», exponiendo potencialmente a los bancos sudafricanos a «daños reputacionales e incluso a sanciones». Estas preocupaciones surgen tras el reciente anuncio del congresista estadounidense Joe Wilson sobre un proyecto de ley que busca designar al Polisario como organización terrorista bajo la legislación estadounidense.