El pasado 2 de abril, Elias M. Magosi, secretario ejecutivo de la Comunidad de Desarrollo de África Austral (SADC), que integra a 16 países, y Bah El Mad Abdellah, representante del Polisario en Botsuana, suscribieron un protocolo de acuerdo. No obstante, esta iniciativa ha generado divisiones dentro del bloque regional. Varios Estados han criticado la decisión, tomada sin consulta previa. De hecho, muchos de estos países no reconocen al Polisario o han cortado sus lazos con el movimiento separatista, como es el caso de Comoras, Zambia, Esuatini, la República Democrática del Congo y Malaui. Además, estos países han establecido consulados generales en Dajla y El Aaiún. La respuesta de los aliados de Marruecos en la SADC se hizo evidente recientemente a través de una nota verbal del Ministerio de Asuntos Exteriores de Malaui. En este documento, se aclara que «Malaui no reconoce dicho protocolo de acuerdo entre la SADC y la "RASD" como un compromiso vinculante y, por lo tanto, la República de Malaui no está en absoluto obligada a cumplir con sus disposiciones». Malaui también reafirma en el texto «su apoyo inquebrantable al Plan de autonomía como solución pragmática» al conflicto del Sahara. La postura de Lilongüe se interpreta como una señal contundente de independencia frente a la influencia sudafricana en la subregión, en un contexto de crecientes tensiones en torno a la cuestión del Sahara. La SADC, creada en 1980 bajo el nombre de SADCC y oficialmente renombrada en 1992, es una comunidad económica que hoy agrupa a 16 países del África austral. Su misión es promover el desarrollo económico, la seguridad y la cooperación política en la región. Sin embargo, esta crisis pone de manifiesto las fracturas internas que amenazan su funcionamiento y autoridad.