En un informe reciente, el Banco Mundial ha destacado que desde el año 2000, el crecimiento del PIB per cápita en Medio Oriente y África del Norte sigue siendo inferior al de economías comparables. Este bajo rendimiento se atribuye principalmente al débil desempeño del sector privado. Titulado «Cómo el sector privado puede impulsar el crecimiento en Medio Oriente y África del Norte», el informe subraya que las empresas de la región están frenadas por la predominancia de la economía informal, una baja productividad y una capacidad limitada para enfrentar choques económicos. Según el informe, el crecimiento de las ventas por trabajador ha disminuido en promedio un 8%, una cifra muy por debajo de la de los países de ingresos medianos bajos (0,4%), los países de ingresos medianos altos (0,4%) y los países de ingresos altos (2,4%). En lo que respecta a Marruecos, el informe destaca la disponibilidad de datos detallados que han permitido un análisis profundo de las dinámicas de productividad. Revela que las empresas más productivas no logran aumentar suficientemente sus cuotas de mercado. No obstante, un uso más eficiente de los factores de producción ha contribuido positivamente al crecimiento de la productividad laboral. El Banco Mundial identifica dos factores principales que frenan la productividad en la región: la persistente fragmentación entre los sectores formal e informal, y la exclusión de las mujeres del mercado laboral. El sector informal representa entre el 10% y el 30% de la producción total y absorbe entre el 40% y el 80% de los empleos. En Marruecos, el 83% de las empresas operan en el sector informal, una cifra elevada en comparación con otros países de la región como Líbano (40%) y Jordania (50%). Este hecho llama a una comprensión más profunda de las razones que llevan a estas empresas a elegir el sector informal para sus actividades.